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Laberinto Postmoderno |
Bienvenido al Laberinto Postmoderno. Rescata a la Razón de su Mazmorra, donde la han metido el Relativismo y la Postmodernidad. ¡Únete a los aventureros de la Razón y combate al Dogma y la Credulidad! | ![]() |
Con ánimo de EstuproLa SGAE vuelve a intentarlo. El Canon. Es una entidad sin ánimo de lucro, pero con ánimo de estupro. Sí, porque su pretensión de que todo el mundo pase a comulgar por sus dependencias, tiene un tufillo a derecho de pernada que tira para atrás. Echen cuentas:
Uno se levanta a las seis y media de la mañana para ir a trabajar y la radio despertador tiene la desfachatez de hacer bien su trabajo y emitir "With or without you" de U2, una canción muy apropiada para despertarse suavemente. La Cadena de Radio pagó su canon y la tía Josefa, que compró el radiodespertador como regalo de cumpleaños, pagó el suyo. Me pregunto si se pagó un canon por el papel de envolver donde estaba impresa la cara del Pato Dónald. Quizá no, porque Dónald es yanqui, pero, ¿y si llega a estar impreso el careto de Lucho el de los Lunnis? ¿Que por qué se ha de pagar? Coño, alguien será Autor de los Lunnis, ¿no? Y seguro que es uno de esos que dice Ramoncín que no llegan a final de mes y que si no llega a ser por la SGAE los tendríamos en la puerta de la Iglesia pidiendo para comer. Pero sigamos, porque nuestro amiguito madrugador desayuna y se ducha, escuchando la radio, como hacemos muchos y, entre noticia y noticia, una pequeña sintonía compuesta por alguien -dios sabe quién- nos sirve como cortinilla para separar lo Local de lo Nacional, el Deporte de la Economía. Otro canon. La radio paga, porque hay que darle su parte del pastel al desgraciado que compuso la cortinilla, aunque tal fuese un sobrino menor de edad del director del programa, que le hace el favor de ponerle la pieza porque le hacía ilusión al niño. El caso es que se pague. Y cuando baja al coche, ¡ah, pecador! Hay que gravar el precio de los coches, porque este cabronazo es capaz de irse a Portugal a comprar Deuvedés sin canon, así que le meteremos el canon en el coche por si acaso se le ocurre ir de estraperlista a estas alturas. Y, por cierto, cuando vamos a comprar deuvedés para piratear, o un mp3 para hincharnos de escuchar música del Soulseek, ¿cómo vamos? Bueno, por si acaso vamos en moto o coche, gravemos también las gasolinas, que seguro que el agricultor maneja su tractor escuchando música bajada de los programas P2P. Al llegar al trabajo, el hilo musical deja escuchar una bazofia infumable de Bisbal, ¡Eh, cuidadito con ése! ¡Cuidadito porque ése no es como el Bono de U2, que a saber cómo le mandamos sus derechos de autor! A ése lo tenemos bien localizado y por escucharlo, quieras o no quieras, has de pagar. Canon para quien contrata el hilo musical, para quien lo instala, y, de paso, instalemos una hucha en la puerta y que todo el que entre eche un euro de los de Solbes, de propina. ¿Cómo? ¿Que es usted sordo y que se la pela Bisbal? Da lo mismo. A saber si en el audífono lleva instalado un puerto USB 2.0 y nos la está pegando... Y nuestro amigo se enchufa a su prensa hidráulica dispuesto a realizar las 254 piezas que el cronometrador supuso que se podían realizar en las 7 horas y cuarenta minutos de que consta su jornada laboral. Por cierto, ¿y si se le ocurre silbar, tararear o, no me atrevo a decirlo, cantar alguna canción? Diosanto, ¿cómo puede realizar semejante acto propio de bucaneros, robando la propiedad intelectual de nuestros artistas y creadores? Canon, canon al canto. Sean mudos o tartamudos, tengan buena voz o sean un desastre cantando, estos bastardos chorizos tienen que pagar, pagar, pagar, a la sociedad sin ánimo de lucro. ¡¡¡Eh, eh!!! No se vayan a creer que esto termina aquí, porque cuando nuestro amigo va a la máquina de café a tomarse un capuccino con dos de azúcar de media mañana... ¿qué va a hacer? ¿Tomárselo así, sin hacer nada? Lo dudo, lo dudo mucho. Seguramente estará hablando con alguien, ¿no? ¿Y si se les ocurre hablar de música, de cine, de literatura? ¡Canon, canon! Paguemos por emplear el nombre de Cervantes, de Quevedo y de Espronceda, paguemos a la Sociedad General de Autores por decir que el último libro de Faulkner (que ni siquiera sabe quién cojones es esa Rosa León) o de Wittgenstein te parecieron sublimes o soporíferos. ¿Que opinas que cierta película es un bodrio, ¿cómo se te ocurre? ¡¡Eres capaz de contar el final! ¡Paga por si acaso, para acallar tu conciencia! ¡Pagad, pagad malditos! Cuando te compres un coche, te harán pagar una parte de las multas que te pondrán en el futuro, porque se supone que las vas a cometer. Cuando vayas a comprar una casa, te harán pagar una parte de las reparaciones que harás en el futuro, porque se supone que querrás cambiar el alicatado del cuarto de baño algún día. Cuando vayas a comprar un par de kilos de buena carne, te harán tomarte antes de la comida un poquito de bicarbonato, porque del dolor de estómago no te libra ni dios. Parece mentira que estas cosas tengan que ridiculizarse como yo he hecho. Entidad con ánimo de estupro. Porque lo que pretenden es metérnosla hasta el fondo, queramos o no. El Amo del Calabozo 2007-12-19 10:27 | Categoría: | 10 Comentarios | Enlace Referencias (TrackBacks)URL de trackback de esta historia http://laberintoposmo.blogalia.com//trackbacks/54201
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