Laberinto Postmoderno
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Soy falangista y me voy de excursión

Mi buen amigo Tarantoni me envía esta noticia, que no tiene desperdicio.

Este tipo de altercados interétnicos los veo a menudo gracias a (o por culpa de) mi trabajo, donde he de convivir con muchachos de todo tipo de orígenes y culturas, más que nada porque la delincuencia no conoce fronteras, ni genética, ni sabe una mierda de antropología, ni falta alguna que le hace. Todos los seres humanos, sin distinción de ninguna clase, y sin grupo exaltado que se libre, somos una cuadrilla de violentos primates: territoriales, celosos y gregarios.

Es común entre aquellos que procuramos apartar de nosotros al máximo posible la visión antropocéntrica, creer que el racismo y la xenofobia son patrimonio de la etnia más fuerte, de la más poderosa. Digamos que tendemos a ver que es el grupo cultural hegemónico el que ejerce su violencia sobre los demás. E, históricamente, así era.

Desde la época de los sumerios y mucho antes, todo aquel grupo que conseguía construir una sólida civilización y obtener así una ventaja sobre sus vecinos, usaba esos conocimientos y técnicas para darles una paliza, matar a un buen número de ellos, esclavizar al resto, putear a los que quedasen sueltos y convertirse ellos en los amos del cotarro. Miren cualquier libro de historia y verán que eso de la colaboración interétnica es una cosa que se ha dado (no estaríamos donde estamos de no ser por ello), pero que con igual o mayor frecuencia, se producía también una violencia intercultural terrible.

Pero hete aquí que hoy, con todo lo que llevamos vivido (y muerto), seguimos en el mismo rollo, aunque ahora somos tantos y la situación se ha vuelto tan polarizada que las etnias vecinas pobres acuden a la casa del vecino más rico para ver si pueden hincar el diente al pastel, aunque no les dejen más que lamer el plato en el mejor de los casos. Están en su derecho, qué coño, de buscarse la vida para vivir mejor.

Pero cuando llegan a España, se encuentran con que jamás en toda la historia un recién llegado lo ha tenido más fácil: un extranjero en este país tiene que pasarlas canutas igual que antes, pero ahora hemos inventado ayudas sociales, orientadores, supervisores, educadores, coordinadores, animadores y todo tipo de profesiones que se encargan de que un morito que tose pueda ser atendido por la seguridad social, que un negrito de seis años esté escolarizado y que la señora mayor de Colombia que ha venido por reagrupación familiar no tenga que largarse por donde ha venido por no saber qué papeles ha de rellenar. Así pues, nuestra innata xenofobia, nuestra tendencia a dominar al de al lado para evitar que nos domine a nosotros, se ha visto mínimamente modificada por una tendencia a decir: "Bueno, no hay por qué adelantar acontecimientos: usted entre y ya veremos si nos tenemos que poner en guardia o si podemos convivir en paz". Más o menos, ya digo, porque todos sabemos que hijos de puta hay en todas partes y que España es un país donde la hijoputez, hija primogénita de la ignorancia, es una diosa muy respetada.

Y entonces, con cada vez más frecuencia, vemos a estas etnias "oprimidas" enzarzarse a ostias no con los grandes, sino con sus iguales. Es como si la liebre y el conejo se atacasen el uno al otro cuando están siendo perseguidas por un zorro. Los gitanos odian a los moros, los negros y los sudacas están deseando meterse en bandas callejeras donde el rap y el reguetón les están inculcando unos valores mezcolanza de la moral del Oeste Americano de John Ford y las películas mexicanas sobre drogas y mafias, todo el mundo sospecha de los chinos y los de Europa del Este se encargan de meterse en líos con todos los demás. Ya digo que esto lo veo a diario, en conversaciones, en batallitas, en comentarios lanzados por sus protagonistas.

Desengañémonos: la etnia, sea lo que sea eso, que no me queda nada claro, es un modo más de identificarnos. Soy gitano por muchos motivos: genealógicos, económicos, sentimentales y racionales, pero el principal argumento para concluir que uno es gitano es demostrar que no eres ninguna otra cosa. Yo soy lo que queda después de quitar lo que no soy. Y para saber lo que no soy y poder identificarme con mi grupo, debo denostar, debo ridiculizar, debo señalar al Otro con el dedo acusador y colmarlo de todos los males que yo no quiero ver en mí mismo. Y eso es la xenofobia, precisamente, ésa es la base del racismo: ver en el otro los defectos que uno no quiere tener, y usar eso como argumento para buscar su dominación, su expulsión, su segregación o, en el peor de los casos, su exterminio.

Los gitanos son unos vagos que viven del trapicheo y el robo. Los moros son unos traidores y no te puedes fiar de ellos. Los negros son analfabetos, los chinos endogámicos, los rumanos una cuadrilla de mafiosos y los sudacas violentos pandilleros juveniles. Y como yo no soy ninguna de esas cosas, pues no tengo ninguno de sus defectos. Así funciona la cosa, desde que hace vaya usted a saber cuánto, un tío levantó un palo y todos lo saludaron como el símbolo de su grupo. De ese palo a la bandera, la corona, el uniforme y la adscripción cultural a un grupo determinado, solo hay diferencias cuantitativas: se hace mejor, pero se hace lo mismo. Identificación con el grupo. Proteger al grupo de los Otros. Los Otros son los malos.

De los míos diré, pero no oiré, decía mi abuela, y tenía razón. Es posible que un padre hinche a ostias a su hijo en cuanto tiene oportunidad, pero ojo alguien ajeno le de una colleja, que verás qué pronto se sacan las navajas en este país. Es posible que en un campamento organizado por esa familia gitana hubiesen tratado mucho peor a su propio hijo por pelearse, pero como lo organizaba el Otro, hay que ir a protestar, a quejarnos, a reivindicar nuestra identidad y a proclamar que el Otro es el malo en este evento.

De modo que tome miembros de esos grupos sociales, júntelos a todos en un campamento y verá que hasta los niños (que poco entienden de antropología, pero mucho de conductas aprendidas) encuentran motivos para agredirse. Y, enterados los organizadores del campamento, se actúa en consecuencia. Hecho esto, el niño va a sus líderes tribales y éstos le siguen el juego, desentierran el hacha de guerra y van a agredir también, enarbolando la vieja enseña de "a los míos no se les toca". La humanidad siempre dará mucho asco, pienso yo.
El Amo del Calabozo

2008-08-06 00:29 | Categoría: | 32 Comentarios | Enlace

La crisis, para el que se la crea

Hace bastantes años, un tipo de cuyo criterio suelo fiarme (y no soy proclive a fiarme del criterio de la gente porque sí), me dijo algo que he tenido varias ocasiones de recordar desde entonces. Básicamente decía que cuando se da una verdadera crisis económica, acontecen varias cosas: para empezar, los asalariados pierden poder adquisitivo. Es decir, que cobrando lo mismo, ven impotentes cómo todo sube más, salvo sus sueldos. Dándole la vuelta, nos daremos cuenta de que esto es como decir que cobran menos. ¿Cuánto menos? Bueno, pues eso depende, porque la gente encuentra modos de reducir sus gastos y resulta que si yo soy mileurista y, de pronto, la gasolina sube un 20% en 3 meses, pues lo que hago es coger el metro o el bus y dejar el coche en casa. Y si en vez de irme dos veces al mes a cenar fuera con la novia, pues me voy una, o ninguna. Y en vez de comprarme ese disco duro externo que tanta ilusión me hace, voy y me conformo con lo que tengo hasta que me pueda permitir ese lujo. ¿Me siguen?

Pero hete aquí que, en una verdadera crisis, seguía diciendo mi colega, los que no son mileuristas lo tienen más jodido que los pringaos. Porque claro, las comidas de empresa, las cenas de negocios, los vuelos en primera clase, los hoteles de cinco estrellas, las reuniones sorpresa que requieren taxi de largo recorrido y todas esas cosas que hacen los variosmileuristas, resultan imposibles de remedar. Y no vas a ir a cerrar un negocio de varios millones de euros habiéndote comprado un traje en Carrefour, por más que te salga más barato que hacértelo a medida, ¿no? Por otro lado, los mileuristas raramente tenemos bienes importantes: la casa hipotecada, el coche a plazos y algo de pasta en el banco, a modo de colchón. Por más crisis que haya, al que tiene poco, poco le pueden quitar. Pero cuando yo tengo mi dinero invertido en unos fondos, otra parte invertida en acciones y una tercera metida en un banco de modo intocable, resulta que todo eso es lo que tiene verdadero impacto a la baja en una verdadera crisis económica.

Ergo los que no son multimillonarios, pero sí son ricos (tipos que se levantan al mes lo que tres o cuatro obreros como mínimo) son los que verdaderamente ven reducidos sus salarios hasta hacerse insoportables. Y entonces viene un efecto de las crisis que es inevitable: los ejecutivos, los inversores, los brokers y toda esa cuadrilla de buitres carroñeros empieza a tomar decisiones drásticas, como tirarse por la ventana, estrellarse con el coche, colgarse de la corbata y demás inventos.

La conclusión de ese tipo es que solamente podemos hablar de crisis cuando eso suceda: cuando los "ricos" empiecen a suicidarse uno tras otro, y la cosa empiece a cundir, y se vean escenitas dantescas en el telediario. Por cierto, eso no es lo malo de las crisis, lo peor está por llegar, cuando los bancos pegan el cerrojazo y nadie puede sacar su pasta, cuando la gente empieza a empeñar las joyas y a trapichear con los productos básicos.

Desde que me contaron esto, contemplo las presuntas crisis con un semblante todavía más escéptico de lo que lo suelo tener. Siempre están hablando de las crisis como si fuesen olas en un mar tranquilo: tiempos de bonanza económica rotos periódicamente por un momento de agitación, que pasará. Yo, sinceramente, no distingo esos momentos de bonanza económica. Para mí, y para muchos mileuristas, las cosas son o malas o regulares. Jamás han ido bien del todo. Entonces, ¿para qué coño hablan de crisis?

Pues la respuesta de mi colega fue sencilla: para poder colarnos a todos una subida generalizada de precios, generalmente centrados en un punto vital de nuestra vida económica: vivienda, alimentación, combustibles... Si quieren, de pronto, subirnos el gasoil una pasta, pues nos cuentan que viene una crisis y nos suben un 5%. Al mes siguiente, salen otros diciendo que no es crisis, sino recesión, o desaceleración, y que es temporal, y te suben otro 5%. Y al poco, surgirá otro experto diciendo que ya es oficial que es una crisis, pero que se está haciendo lo imposible por remediarla, y otro 5% al canto. Y, cuando se les pase por el morro, pues pararán. Ya nos han subido el precio, ya nos han convencido de que no era culpa suya, sino de Euríbor, o del Banco Mundial, o de Perico de los Palotes y santas pascuas, todos contentos.

¿Qué quieren que les diga? Alguien dijo una vez que la democracia caería porque la gente ya no tendría confianza en sus líderes, que la corrupción se hará tan extensa que ya no habrá hueco para la esperanza de que un presidente, un ministro o un diputado sea honrado y piense en la responsabilidad que tiene antes de pensar en otros menesteres. Y estoy de acuerdo con ello. Me hablan de la crisis, pero solo parece afectarnos a los de siempre. Mucho mamoneo es lo que hay.
El Amo del Calabozo

2008-07-16 01:00 | Categoría: | 6 Comentarios | Enlace

Ya hacía días

Bueno, pues ya hacía días que no escribía nada por aquí. La explicación es sencilla: no encontraba nada sobre lo que escribir. Y mira que han pasado cosas: el día del Orgullo Friki, la Expo en Zaragoza, unas vacaciones que he disfrutado en Asturias, la presunta crisis económica (que no me creo y sobre la que ya escribiré), el asuntillo éste de ZP metiéndose con los símbolos religiosos y luego giñándose por la pata abajo apenas veinticuatro horas después...

Pero de todo eso ya iré tratando con los días, no nos adelantemos. Hoy voy a tratar un tema que me toca muy de cerca, porque me toca al bolsillo y, ¿para qué negarlo?, lo que toca el bolsillo da muy mal rollo porque los bolsillos suelen estar cerca de los cojones y, al final, te acaban tocando los huevos también. ¿Quién? Pues los de siempre.

El 30 de junio me acerco a una tienda, miro un ordenador nuevo, me hacen un presupuesto y me lo llevo a casa. Lo comparo con otros presupuestos y decido comprarlo. El día 2 de julio llamo para confirmarlo y el tío me dice: "Vale, pero tengo que aumentarte unos 12 Euros el precio del disco duro". "¿Y eso por qué?", le pregunto, ingenuo de mí. Su respuesta fue como un puñetazo en plena nariz (y sé de qué hablo, que todavía me acuerdo de uno que me dio un borracho de la Peña Los Marinos durante unas fiestas del Pilar, viendo a Tako): "El nuevo canon. Entraba en vigor el 1 de julio".

Yo dije algo que no puedo poner por escrito, no vaya a ser que me denuncien, pero empieza por P, termina por SGAE y en medio hay tres letras y un espacio en blanco. Las letras son dos vocales diferentes y una consonante. Cada cual, que adivine. La respuesta del vendedor fue: "Claro, es que tienen que seguir cobrando por no hacer nada" y eso es radicalmente cierto.

Pienso descargarme ficheros por P2P, ¿qué duda cabe?, lo hago desde hace años y lo seguiré haciendo, pero ni la SGAE, ni el gobierno pseudoprogresista que los ampara, podrá condenarme antes de ser juzgado y defendido por un profesional. Si fuese terrorista, tendrían que demostrar mi culpabilidad, pero en cuanto compras un disco duro, un mp4 o cualquier otra cosa, ya eres culpable antes siquiera de ponerlo en marcha. Así son las cosas. Asco es poco. Es mala sombra.
El Amo del Calabozo

2008-07-13 17:07 | Categoría: | 6 Comentarios | Enlace

Tom Sharpe

Decía Leo Bassi que cuando un país pierde un imperio, se le queda un humor de puta madre. Si tal aforismo es cierto, entonces los ingleses, que acaban de perderlo, están desarrollando su humor y Tom Sharpe es, sin duda, un adelantado a su época.

La literatura de Sharpe es una literatura basada en personajes. Las historias se componen de los eventos que van sucediendo, de modo completamente irreverente, pero profundamente lógico, con los personajes en medio, sufriendo y provocando los acontecimientos que los abruman. Y la literatura de Sharpe es, también, un paseo por la biografía de este señor, peculiar, transgresor y provocador, que llegó a decir que "Lo peor que le puede pasar a una persona es llamarse Margaret Thatcher".

La vida de Sharpe es un vaivén donde lo político, lo correcto y lo socialmente aceptable se van dando guantadas al tiempo que él lo observa, con ojos desorbitados y diciéndose a sí mismo que lo veía venir. Reunión tumultuosa, donde revela los secretos más oscuros de una civilización, la inglesa, dentro de un país, Sudáfrica, que ni los quiere, ni los busca, ni los ha llamado, pero de donde se negaban rotundamente a salir sin hacer ruido. Vicios Ancestrales, a mi juicio, es de lo mejorcito, cuando un ricachón inglés encarga a un polifacético y estúpido historiador marxista que investigue en la historia de su familia para sacar los trapos más sucios, incestos, adulterios, prevaricaciones, todo tipo de pecados y delitos, sacados a la luz porque el viejo patriarca desea que todos sus herederos se vean en la más terrible ruina cuando muera.

Las críticas a la visión inglesa del mundo, a ese tradicionalismo aparentemente invencible que hay en las islas, a ese imperialismo no ya físico, pero sí diplomático, se suceden una tras otra, no tanto en lo político como en la vida cotidiana de sus personas, encarnados en los personajes de Sharpe. De su paso por las escuelas de Formación Profesional de Londres nos dejó un personaje impresionante: Wilt.

Wilt es un tipo que, desde la primera novela, revela que tiene madera para varias secuelas. Las Tribulaciones de Wilt confirmaron ésto y Ánimo Wilt lo corroboraron del todo. El viejo profesor de formación profesional, su histérica esposa y su vida de mierda tienen carrete para enredar algunos ovillos más. Cualquiera que se haya entretenido alguna vez dando clase a un adolescente, se sentirá profundamente identificado con Wilt, y cualquiera que tenga como pareja a una inestable secuencia de insensateces, también. Wilt es un hombre que se mueve zarandeado por fuerzas que no controla ni comprende, pero que tiene la suficiente entereza como para enfrentarse a ellas mediante el sutil truco de rezar "Jesusito de mi vida, que me quede como estoy".

Y luego vino Cambridge, de donde salió a patadas en el culo nuestro amigo Sharpe (o eso parece), habida cuenta de que en sus novelas, especialmente Becas Flacas y Zafarrancho en Cambridge, nos cuenta con todo lujo de detalles y de sorna cómo los títulos se regalan, los puestos de responsabilidad se conceden conforme a reglas prescritas siglos ha y gracias a la aquiescencia de viejas y decrépitas momias, generalmente alcoholizadas, con intereses personales que están muy por encima de los de la universidad a la que representan.

Sus historias como novelista también causan ciertas novelas, como Una Dama en Apuros o La Gran Pesquisa, donde saca la pluma a pasear, relatándonos las desvergüenzas y los éxitos de una literatura inglesa que, en muchos casos, nos es desconocida a los lectores que parlamos otros idiomas. Recomendable, si quiere usted forjarse opiniones al respecto.

Y si es usted defensor de ciertos valores ecológicos y paisajísticos y detractor de esas constructoras que en cuatro días te dejan una cañada convertida en un solar o que te prometen centros sanitarios y pisos de protección oficial, pero luego venden los terrenos para centros comerciales y edificios de oficinas, pues léase usted El Temible Blott y comprenderá hasta qué punto está podrida la política y los juzgados. Al menos en la Inglaterra más profunda, que, supongo, no será muy diferente de la España que pisamos.

Y he dejado para el final El Bastardo Recalcitrante, desde mi punto de vista una obra maestra de la ficción, en la que las virtudes victorianas todavía vigentes hoy en muchas partes de Inglaterra llevan a una familia a una enloquecida carrera por encontrar al padre de un bastardo, que resulta ser una oda a esa rancia endogamia aristocrática y a su presunción de superioridad respecto a la clase obrera.

Tom Sharpe, un hombre al que merece la pena leer, tanto sus novelas como sus declaraciones en prensa. Ácido, mordaz y siniestramente gracioso. ¿Qué más se puede pedir?
El Amo del Calabozo

2008-05-06 13:05 | Categoría: | 5 Comentarios | Enlace

Bipartidismo

Hay conservadores y progresistas. Los conservadores pueden ser tradicionalistas, y creer en la Patria, en la Corona, en Dios y en la Familia, pero también hay conservadores que consideran que lo de Dios es como de otra época, y creen en la Raza, en el Espíritu Sacrificado del Obrero y en la Sumisión a un Destino patriótico que poco tiene que ver con los planteamientos de otros patriotas. Y hay progresistas que creen en la Patria, también: "Patria o Muerte", ya saben. Y en Dios, ¿por qué no? Conozco algún cura que las pasó canutas durante los últimos años del franquismo porque su carné del PCE no le impedía escuchar en confesión a sus feligreses.

Hay, incluso, conservadores mucho más progresistas que los progresistas, porque no neguemos que todos esos nostálgicos del mayo del 68, o los que siguen llenándose la boca de lo mucho que lucharon contra Franco (que murió de viejo y en la cama, no lo olvidemos) o, más allá, los que todavía suspiran por una Segunda República que parecía ser una bicoca para todos, aunque se pasase mucha hambre y cada dos por tres se montasen unas huelgas de aquí te espero, con muertos a tutiplén. ¿Es ser progresista mirar al pasado constantemente, diciendo que aquellos tiempos sí fueron buenos? Quizá el pseudoconservador que mira al futuro, y que se monta una empresa de reciclaje de plásticos, sacando pasta de la basura, resulte mucho más progre, visto lo visto.

Hay progresistas revolucionarios y progresistas a los que la revolución les suena a chino. Y fachas revolucionarios también, ¿no lo fue Hitler? Revolucionar el mundo entero no es moco de pavo, aunque lo haga un tarado austríaco en nombre de la raza aria. Parece claro que todo progre que se precie debe ser ecologista, pero creo que cada vez somos más los que nos hartamos de que Greenpeace y sus acólitos (que son legión) nos estén gritando al oído, cual Ejército de Salvación, que el fin del mundo está cerca y que ellos son quienes pueden salvarlo. Algunos de nosotros estamos hartos, muy hartos de salvadores que vienen cuales mesías a decirnos lo que nosotros, pobres imbéciles ciegos, no podemos ver por nosotros mismos. Sobre todo si lo que nos ponen ante los ojos son exageraciones, falsedades, errores tomados por aciertos y panfletos con faltas de ortografía elevados por arte de birlibirloque a la categoría de "ciencias medioambientales". De cojón.

Y dentro de los conservadores, también los hay que se nos presentan con estandarte diferente: reniegan de la Patria, porque creen en un mundo globalizado, gobernado, eso sí, por ellos mismos, que son los más listos y los más poderosos. ¿Qué tienen que ver ésos con los que propugnan, desde la derecha, que cada país, cada cultura, deberá ser libre de elegir y libre de buscar su propio mercado? Pues lo mismo que tienen que ver los de izquierdas que hablan de un mundo sin fronteras con la cuadrilla de engañabobos que habla de "nacionalismo de izquierdas", una de esas creencias irracionales y perniciosas que nos trae la postmodernidad: unir en un solo sintagma la más rancia y borreguil ideología (el nacionalismo) con la izquierda, generalmente librepensadora e internacionalista. Pero en fin, o tempora o mores, que dijo aquél.

Porque esa es otra. Hay izquierdistas librepensadores, gente que cree que lo importante no es tanto convencer como vencer, sobre todo con palabras, con textos, con ciencia, con conocimiento, e izquierdistas que reniegan de la cultura, que consideran la ciencia una imposición del capitalismo, que creen que las universidades son centros mantenidos por un sistema porque les viene bien como filtro social (tú al taller, tú a la oficina, tú a mandar, tú a obedecer). Lo mismo pasa en la derecha, con derechistas que creen que la ciencia está desbocada, y que claman contra el aborto, la clonación, la investigación con células madre, el big-bang, la evolución de las especies y la tectónica de placas y derechistas, gente muy muy de derechas, que estaría dispuesta a donar mayores cantidades de dinero a la investigación y el desarrollo que a presupuestos militares. Sí, y son muy muy muy fachas, pero mira, los hay.

Podría seguir mucho, mucho rato, pero creo que sería en balde. La pregunta, leído todo el coñazo anterior es, ¿por qué coño, si nos queda claro todo eso, cada vez vamos más hacia el bipartidismo? ¿Qué sentido tiene que nos tengamos que arrimar al caballo grande, ande o no ande? ¿Cuándo la gente empezará a votar a aquellos que realmente los representan y no a los que representan un porcentaje pequeño de sus creencias, y no los demás? Si el PSOE ha aumentado su representación en las dos cámaras, ha sido gracias a la caída de IU, ¿para cuándo las reivindicaciones de IU entrarán en el programa político del PSOE? Lo mismo con el PP, que se ha llevado los votos de infinidad de partidos pequeños, de carácter regionalista, que fueron perdiendo su escasa fuerza por aquello de que hay Gravedad Política y los trocitos chiquititos terminan por unirse al pedrusco mayor hasta que todo es un único planeta, heterogéneo, sin sentido, lleno de cosas, pero vacío de contenido real.

¿Quién es Rajoy? ¿A quién representa? ¿Por qué los del PP siguen a alguien que no se molesta en explicar su propia idea? ¿Es Rajoy afín a esa derecha machacona, tradicionalista, nostálgica de viejas reliquias, o es afín a esa derecha neoliberal, a la que no le importa si los homosexuales se casan o se dejan de casar, o quizá a esa otra que se arrodilla ante el altar pidiendo a Dios que fulmine a los maricones y los rojos con su rayo maléfico? Lo mismo puedo preguntar del señor Zapatero, por supuesto.

El bipartidismo es el sistema político en el que nadie se ve representado. Y la gente vota más por afinidad irracional (ese tío me pone, pues lo voto, aunque diga sandeces) que por verdadera digestión política del discurso. Bueno, con nuestro pan nos lo comeremos. Los que ya tenemos hijos, miraremos a nuestros vástagos y nos preguntaremos si no nos odiarán por dejarles el legado que les dejamos.
El Amo del Calabozo

2008-04-02 00:58 | Categoría: | 5 Comentarios | Enlace

Gary Gygax, un panegírico póstumo

Tengo un conocido al que tuvieron que amputarle una pierna tras un accidente laboral. Me confesó que, años después de tan importuna sección, todavía se sorprendía algunas veces, rascándose la pierna ortopédica. El miembro hacía tiempo que había sido desgajado del cuerpo, pero su cerebro continuaba engañándose, percibiendo sensaciones que llevaba sintiendo desde siempre, como si nada hubiera sucedido.

Salvando las distancias, a mí me pasa lo mismo con los juegos de rol. Hace ya casi ocho años que, sin saberlo entonces, lancé mi última tirada de dados e hice mi última anotación en una hoja de personaje. El motivo tiene nombre propio y todos sus cromosomas en forma de X, como suele pasar. La realidad no acepta realidades alternativas, ni siquiera en modo fantasía. Aún así, ocho años después, sigo sintiendo ese picor que hace que me rasque a menudo. El surgimiento de Internet facilitó librarme de esa picazón, ya que puedo pasearme por foros de roleros, visitar páginas oficiales y oficiosas, deleitarme con la lectura de unos juegos que, muy probablemente, no vuelva a saborear de otro modo.

Y hace unos días, el pasado 4 de marzo, se muere Gary Gygax, creador, junto a Dave Arneson, de Dungeons & Dragons. El picor en mi amputado miembro rolero se intensificó grandemente.

Como bien dice mi amigo Batmario, los cristianos adoran a un presunto dios que creó un universo, pero Gary Gygax (y éste sí que seguro que existió, no como el otro) creó muchos universos, creó el multiverso. A partir de su ingenio, han surgido legiones de ellos, de temáticas muy diferentes. Gygax, supongo que sin saberlo, como suele suceder con todos grandes descubridores e inventores, cambió para siempre el concepto de juego. Interpretar un personaje, hacerlo crecer, dejarse llevar por sus más profundos pensamientos y sensaciones, zambullirse en una personalidad completamente diferente a la tuya, juguetear con cánones morales distintos a los conocidos. Todo eso es jugar a rol. Todo eso inventó Gary Gygax o, al menos, él fue el primero que concibió que eso podía hacerse.

Quizá nunca haya leído un libro sobre la Ley Seca y el Crack del 29, pero interpreté durante meses el papel de un detective privado en Arkham, Massachussets, que tenía sus problemillas para procurarse la botella de bourbon diaria que requería su adicción. Creo que comprendo bien a qué se enfrentaba esa gente. Quizá no sepa a ciencia cierta cómo era la Caesaraugusta romana, pero me paseé ficticiamente por sus callejas, junto al puerto fluvial, como el emisario de un líder ilergete. En ese multiverso generado a partir de las ideas de Gygax, y ampliado por muchos otros autores, reí cuando Darth Vader sacó una pifia y tropezó cayendo por unas escaleras. Y lloré, sí, plañí con lágrimas verdaderas, cuando el teniente MacArthur fue atravesado por un láser perdido y yo escapaba, preguntándome por qué él y no yo. Liberé a un preso de la Santa Inquisición y a otro de la Estrella de la Muerte, que no sé qué es peor. He sido arqueólogo, agente secreto, detective, elfo, vagabundo, enano, prostituta callejera, hombre-lobo y hasta Wose. Una vez hasta maté un dragón, eso sí, preparando una elaborada trampa y viendo morir a tres de seis compañeros... He sanado heridas mortales buscando Athelas junto a los montaraces de Ithilien, he expulsado muertos vivientes con un gesto de mi Símbolo Sagrado y he huído a lomos de un centauro sujetando a un halfling moribundo, mientras docenas de cabronazos me disparaban flechas. He recibido balazos, puñaladas, puñetazos, besos, abrazos, felicitaciones, broncas y disparos láser. Incluso me cercenaron una oreja con un sable de luz una vez. Me envenenaron en Melniboné y Galadriel me dio de beber en Lothlórien. He entrado en docenas de pasadizos y catacumbas, he saqueado guaridas de trolls, trasgos, orcos, kobolds y dragones. He charlado amistosamente con Critias, uno de los Tiranos Griegos, encarnado esa vez en vampiro y probé el prohibido placer de la diablerie apoderándome de la sangre y el alma de Jacob Schumpeter, en un tiempo en que me hacía llamar Black Nigger y era un Brujah negro del Chicago actual. He combatido contra los Nazgûl, fui hecho prisionero y encarcelado en Dol Guldur. He recorrido la Tierra Media hasta alcanzar el océano más allá de las vastas tierras del Lejano Rhûn. He aullado con los Garou, he arrojado fuego con una vara mágica, fui ladrón en Solamnia y hojeé los arcanos secretos del Necronomicón. He vivido y he muerto en docenas de ocasiones y lugares, en un tiempo que no existió y en un sitio que jamás fue sólido, pero no por ello era menos real.

Pero sería éste un mal panegírico si solamente nombrase a Gygax como creador de un mero entretenimiento para frikis que viven más en otros mundos que en éste. En realidad, los juegos de rol han influido en películas, obras de teatro, series de televisión, videojuegos, música, literatura y hasta en las artes plásticas. Si algún día, en siglos venideros, alguien hace un doctorado sobre el arte y la cultura del siglo XX, habrá de nombrar, si quiere ser fiel a la historia, unos juegos aparentemente estúpidos, en los que un grupo de personas se sientan alrededor de una mesa, hablan, tiran dados y se comportan con extravagancia.

Gary Gygax es el verdadero Amo del Calabozo, no yo, que solo soy un plagiador de su recurrente idea, y, ahora que lo pienso, ya que hay un día internacional de cualquier pijada, de cualquier imbecilidad que se le ocurra a un apóstol de alguna sandez... ¿Por qué no reclamar que se celebre el día internacional de los juegos de rol conmemorando la fecha de la muerte de su creador? Recordemos, con una sonrisa, que "Quien no sea un friki, que levante su espada láser". Somos legión, maestro Gary.
El Amo del Calabozo

2008-03-20 22:49 | Categoría: | 11 Comentarios | Enlace

El Cierzo, eterno invitado

Existen muy pocas fiestas laicas al año. En Zaragoza, me salen tres: el día de la Constitución, el Primero de Mayo y la Cincomarzada. El resto, incluso las que parecen menos religiosas, como el 23 de Abril, ostentan nombres de santos, San Jorge en este caso, o bien son claramente religiosas: Semana Santa, Navidad, el día del Pilar. Y ya sé que en origen estas fiestas eran paganas, pero ¿qué quieren que les diga? Del paganismo original ya no queda más que una reseña habitual y manida en un periódico, colada por un columnista sin ganas de trabajar y sacar un artículo en condiciones.

De las tres fiestas laicas antes nombradas, una de ellas de popular no tiene nada de nada. El día de la Constitución es un día de fiesta (bienvenida sea, pues) pero marcada por los poderes del Estado, no por el pueblo o las gentes que deseen celebrar algo. De hecho, si la gente hubiera podido elegir, seguro que no habrían escogido tener fiesta en Diciembre (que ya tenemos Navidad y el día ése de la Inmaculada Concepción), ni mucho menos el día seis, habiendo ya fiesta el ocho y previendo el follón que todos los años se arma con que si me cojo puente y con que si el patrón no me deja.

La otra fiesta, la del Primero de Mayo, aunque tenga su origen en una reivindicación de lo más popular, obrera y progresista, se ha convertido en una algarabía aburguesada y falsaria. Vergüenza ajena da ver a los gerifaltes de UGT y CCOO cantando la Internacional con el puño en alto, como si repetir un mantra una vez al año fuese a darles cierta progresía o razón. Los que tenemos memoria sabemos que esos mismos que el día del Trabajador salen a la calle detrás de la pancarta, están dispuestos a firmar reformas laborales vergonzosas al día siguiente, olvidándose de todo cuanto dijeron delante de la masa. Que nos conocemos. Y ahí están, cada año, agitando banderas en las que ya no creen, coreando himnos cual flecha cantando el Cara al Sol en un campamento de la Falange y ofreciendo un pescado que ya está vendido de antemano.

Por eso, en Zaragoza, la gente se vuelca con la Cincomarzada. Porque es una fiesta en la que ni el Ayuntamiento, ni los Partidos Políticos, ni el Gobierno de la Nación, ni las Cortes de Aragón, ni la perra que los parió a todos tienen nada que decir. Y por eso, grupos de lo más dispar se reúnen en un parque a asar chorizos, freír longanizas, escanciar cervezas y pasarlo bien. Que es de lo que se trata. De eso y de reivindicar cosas. Curioso, pero no hay pancartas de grupos neonazis en esa fiesta. Quizá eso de que el pueblo zaragozano se levantase contra los Carlistas sea un obstáculo para que disfruten los nostálgicos, pero no se les ocurre acercarse por allí. Y aunque lleguen los de siempre (los sindicatos mayoritarios y los partidos políticos con sus juventudes) y quieran unirse al evento, la realidad es que la mayor parte de las barras dispuestas son de grupos menos llamativos, pero mucho más importantes: asociaciones de vecinos, colectivos de diversas índoles, fundaciones sin ánimo de lucro, grupos de teatro callejero, se unen en una fiesta comunal carente de toda pretensión política, salvo la de reivindicar determinadas cuestiones locales, que a nadie importan, salvo al ciudadano de a pie.

Y este año, el Ayuntamiento ha conseguido lo que lleva años intentando: boicotear con todas las de la ley esta fiesta popular donde ni puede ni debe meter la zarpa. La excusa ha sido el viento, pero eso no se lo creen ni ellos. El Parque del Tío Jorge, donde se celebraba tradicionalmente, era un sitio peligroso, frente a una avenida ancha y encarada al norte, por donde el cierzo corre como un desesperado, y donde ya hubo víctimas hace algunos años. Precisamente por eso (porque casi escacha a Belloch, lástima, hombre, tuvo que matar a una pobre ciudadana) trasladaron la fiesta al Parque de Oriente, rodeado de casas altas por el norte y el oeste, frenando al cierzo y permitiendo que, allí, hubiera mucho menos viento.

Rachas de noventa kilómetros por hora. Sí, lo sabemos. Los zaragozanos convivimos con esos vientos todo el puñetero año y nadie nos prohíbe ir a trabajar, o a votar, o a la cola del paro. Eso sí, se nos prohíbe disfrutar y divertirnos. Con policías por todas partes, acordonando la zona, echando incluso a los que iban a pasear al perro, mostrando la garra criminal de un ayuntamiento que es socialista solo de nombre. Me pregunto yo... ¿qué pasa si el próximo jueves santo sale un temporal de viento? ¿Prohibirán las procesiones? Y si el día del Pilar próximo caen chuzos de punta, ¿se prohibirá la Ofrenda de Flores? Que no me vengan con la monserga de la seguridad ciudadana. Esto ha sido un triunfo de un Ayuntamiento que lleva una década, al menos, tratando de reventar una fiesta popular. ¿Les pongo un ejemplo? Hace algunos años, trasladaron la fiesta a una arboleda en la Almozara, junto al río. Los vecinos protestaron, porque la cercanía al Ebro hacía que cualquiera, un niño por ejemplo, o alguien que había bebido más de la cuenta, se cayera al torrente. ¿Le importó entonces al Ayuntamiento la seguridad de sus ciudadanos? Ni lo más mínimo.

Zaragoza es una de las ciudades con más árboles por habitante del país y tiene uno de los vientos más fuertes de la península. Veo plantar los árboles de la ciudad y los ponen jovencitos, cavando apenas treinta centímetros en el suelo. Suelo que, por cierto, a poca profundidad se convierte en zahorra pura, lo que en Aragón se llama Mallacán. Esos árboles enraizan en horizontal, no hacia abajo. Cuando sopla el cierzo, amenazan con caerse y, de cuando en cuando, se caen. El ayuntamiento sigue cavándolos a poca profundidad, ¿le importa entonces la seguridad de sus ciudadanos? En absoluto.

Los medios de comunicación, como siempre, contando las cosas escuetamente: "Se suspende la fiesta por las condiciones climatológicas". En peores plazas hemos toreado, y salimos a hombros, que yo recuerdo Cincomarzadas lluviosas, con pocos grados sobre cero y ventoleras que te hacían encorvarte al caminar, y nadie decía nada. Eso sí, este año, con un sol que aplanaba, sin amenaza de lluvia, en un parque resguardado del viento, se han empeñado en prohibirla. Espero que cuando llegue la Semana Santa, hagan lo mismo, piensen en la seguridad de los ciudadanos y, ante la más mínima nube, prohíban a la procesión del Viernes Santo salir, no vaya a caerle un rayo en lo alto del capirote a un cofrade.
El Amo del Calabozo

2008-03-06 01:29 | Categoría: | 19 Comentarios | Enlace

Elecciones Generales

Suele pasarle a una servidora que conforme se acercan fechas de elecciones le salta de pronto ese anarquista que, por lo general, siempre lleva dentro y que suele permanecer como aletargado mientras duran las legislaturas. Por ese motivo, soy de los que cuando abren los sobres de propaganda electoral, lo hace con la insana intención de pitorrearse de lo que venga dentro. Promesas que todos sabemos que no se cumplirán o, lo que es peor, que se cumplirán, pero de un modo completamente impredecible, nunca del que pudimos pensar.

Pero es que este año, la cosa viene fatal.

Verán ustedes, ayer mismo recibí un sobre gordo, con membrete del Partido Popular, donde venía un papelote gigantesco en tono sepia, el cual, una vez desplegado, muestra todas las opciones de voto (que no las opciones políticas) para el Senado de la nación por la provincia de Zaragoza, que es desde donde escribo. Y hete aquí que veo con estupor redoblado que los partidos de extrema derecha campan a sus anchas por ese papelote. Veinticinco partidos en total, de los cuales:

Uno se llama Partido Familia y Vida. Ya con el nombre, uno puede pensar que no se trata precisamente de un partido acorde con los tiempos, pero leyendo su programa político uno descubre que éstos lo que pretenden es que los españoles nos casemos para toda la vida, tengamos una docena de hijos y todo el que no comulgue con ello sea ajusticiado en la plaza pública, más o menos. Bueno, quizá lo último no lo ponga en su programa, pero ya vendrá, ya...

Junto a este tipo de improperios políticos, válidos solo para cerebros ya perdidos para cualquier razonamiento mínimamente serio, nos encontramos con la retahíla de nostálgicos de siempre: que si Falange Española de la JONS, que si Falange Auténtica, que si el Frente Español, la Alternativa Española, la Comunión Tradicionalista Carlista y, pásmense, el Movimiento Católico Español. Eso por no nombrar a los más hijosdelagrandísimaputa de todos, los adalides del nuevo nazismo, impregnado siempre de falsa intelectualidad: Democracia Nacional.

Ya ven ustedes. Si a ese grupito, que para concurrir en comicios han de superar determinado número de simpatizantes, no lo olvidemos, y sumamos la cohorte de nostálgicos fascistas que todavía llenan determinados grupúsculos adheridos al Partido Popular, nos encontramos con que el número de cabrones dispuestos a revivir viejos malos tiempos, es preocupante.

Pero a esa panda de cretinos descerebrados hay que añadir que las alternativas no son mucho mejores: los partidos aragonesistas, reivindiquen o no la independencia, jamás me gustaron. Ni de un lado, ni del otro, porque el nacionalismo jamás será de izquierdas, y jamás será nada más que caciquismo del más viejo cuño, pasión por la genealogía y exaltación de cualquier atisbo étnico -incluso inventándoselo, si fuere menester- para resaltar las diferencias en lugar de buscar las similitudes.

Teniendo en cuenta también que Izquierda Unida cada día parece más un geriátrico de medias tintas buscando el modo de sobrevivir arrimándose al primero que le tienda un cable y que esos partidos ciudadanos todavía tienen que demostrarme de qué puñetas van, pues ¿a quién va a votar uno?

Si es que, con este plan, no van a convencerme de que me haga demócrata ni de casualidad...
El Amo del Calabozo

2008-03-04 00:40 | Categoría: | 4 Comentarios | Enlace

Circunloquios

Hace un par de días andaba yo leyendo un informe de los que se hacen en el réfor para enviarlos a dios sabe qué organismo o institución, cuando me percaté de que, en apenas tres frases, se leían varias expresiones del tipo "iniciar acciones formativas" o "dar por finalizada la medida". No pude reprimir un esbozo de sonrisa que al autor del informe no le pasó inadvertida, y me preguntó qué pasaba. Yo le dije que qué sentido tenía decir "iniciar acciones formativas" cuando perfectamente podemos decir "formar". Por supuesto, "dar por finalizada" significa exactamente lo mismo que "finalizar". Mi colega se encogió de hombros y dijo "este lenguaje es así".

Siempre me ha sorprendido la capacidad que tenemos los seres humanos de copiar y transmitir formas culturales de unos a otros, base ésta de todo progreso humano, pero también de toda estupidez que acaba por convertirse en costumbre. Y para una servidora, que considera que no es lo mismo escribir en un blog que enviar informes que determinarán el futuro inmediato y lejano de las personas, eso de usar circunloquios sin sentido, le parece de una frivolidad sin límites.

Este tipo de lenguaje, muy común en lo que podríamos llamar "acción social", sea eso lo que el lector quiera entender, solamente tiene una explicación lógica: transformar el mensaje para hacerlo más grandilocuente e importante de lo que realmente es. El contenido del mensaje es el mismo: "este chico necesita formarse antes de que nos lo pongan en libertad", pero en lugar de esa sencilla frase, nos la transforman en "debemos realizar acciones formativas con el menor de cara a dar por finalizada su medida". Una manera bastante burda, a mi entender, de explicar las cosas.

Y este lenguaje, lleno de perífrasis carentes de todo sentido, abunda por todas partes, y me atrevería a acusar al lenguaje periodístico de causarlo y alimentarlo durante años. ¿Se han parado alguna vez a analizar la morfosintaxis de las palabras que usan los periodistas? Quizá los deportivos sean los que más claramente usan este recurso lingüístico que, tras años y años de abuso, ha terminado solamente por ser evitable, sino que me parece imperioso terminar con él. "Da comienzo (por comenzar) el encuentro y el colectivo de aficionados (por los aficionados) comienzan a proferir cánticos (por cantar) mientras el trío arbitral (por los árbitros) se dirigen al círculo central (por el centro del campo)".

Entiendo que en una retransmisión deportiva haya que rellenar mucho tiempo para contar cosas que suceden muy deprisa y que, por lo tanto, usar palabras extra puede tener su sentido, pero en un informe que habla de la vida y el posible devenir de un ser humano, creo que no es justificable. Así sucede que con expresiones como "hacer presencia", "iniciar conversaciones", "generar acciones" y demás, no se consigue nada, salvo aturullar al receptor del mensaje, que debe traducir, de modo completamente intuitivo qué puñetas es lo que tratan de venderle. Al margen de lo adecuado o inadecuado del contenido, el continente se hace imperdonablemente vulgar.
El Amo del Calabozo

2008-02-28 18:10 | Categoría: | 35 Comentarios | Enlace

La Expo es para todos

Ignoro cómo sería el asunto en Sevilla cuando lo del Curro y el 1992 y tal, pero desde luego, lo de Zaragoza es para mear y no echar gota. Lo ilustraré con un cuentecito basado en hechos reales (bueno, reales reales no sé, pero casi seguro que esto mismo le ha pasado a alguien...)

Señor (podría ser señora, pero me sale mejor en masculino), natural de la capital maña, que viene en su utilitario por la A-68, en dirección Zaragoza, desde su puesto de trabajo. Nuestro amigo ha pillado el maldito rotavirus éste que es una epidemia en la ciudad y que hace que cuanto tengas en las tripas tenga prisa por salir, hasta el punto de no importarle por qué orificio, si anal o bucal. Si no fuera por ese pequeño detalle, la verdad es que nuestro amigo no tendría nada de qué quejarse. De momento.

Este señor tiene la mala suerte de vivir en el Actur, así que se desvía de la A-68 y toma la A-2, circunvalando Zaragoza por el norte. Para los que no conocen Zaragoza, decir que el Actur era un barrio populoso de la capital, quizá el más grande de todos, pero que, de dos años a esta parte, es una escombrera llena de agujeros, socavones, zanjas, vallas impidiendo el paso a peatones y conductores, calles con carriles cortados y semáforos puestos a mala hostia. Pero sigamos con nuestro amiguito: si quiere llegar a su casa, primero debe enfrentarse a la muerte en ese cruce que hay pasada la salida del Portillo, en el que los camiones aceleran que da gusto, dios sabrá por qué, y se te abalanzan por la izquierda al tiempo que un subnormal intenta no quedarse en el carril derecho porque ése se acaba, tampoco nadie sabe por qué, y el único modo posible de no matarse es que quepan dos turismos, un camión y una moto por tres carriles de autovía. Pero, fíjense, se consigue. Si es que lo que no pueda la cabezonería baturra...

Tras ese encuentro con la muerte, empieza lo bueno de verdad. Esto era solo para ir calentando. La autovía cruza el Ebro y puede verse el letrerito que te anuncia que por la derecha, te vas directito a las obras de la Expo y nuestro amigo, que empieza a notar sus intestinos deseando vaciarse cual tubo de dentífrico, sabe que tiene que salir de la autovía por ahí para llegar a su casa, a escasos doscientos metros de la futura Exposición. Pero el puente del Ebro ya no tiene 3 carriles para cada sentido, sino que tiene 2, porque uno está ocupado por una barrera de hormigón que lleva meses ahí puesta. Puedo jurar que llevo mucho tiempo sin ver a nadie trabajando al otro lado, ni se ve que avance en absoluto la obra, pero a alguien se le ha olvidado quitar la puta valla y ahora la autovía es una mierda de embudo donde te puede pasar de todo.

Además, nada más terminarse el puente, si sobrevives, hay que ponerse en el carril derecho, porque hay que salir, y el izquierdo se acaba, así que de nuevo tres vehículos deben pasar por dos carriles, pero esta vez con el añadido de que tienes una hilera de treinta o treinta y cinco coches en el arcén, con las emergencias puestas, porque la salida de la autopista -manda cojones- da a un camino lleno de obstáculos, que serpentea por toda la cara este de las obras, con miles de obreros saliendo a todas horas y cruzando por donde les da la gana, camiones entrando y saliendo, autobuses cargados de más obreros, una grúa descargando dios sabe qué zarandajas y, como consecuencia, un atasco que, en ocasiones, llega a ser kilométrico.

Nuestro amiguito, que sabe que como sus tripas le declaren la guerra tiene todas las de perder, decide no jugársela. Si se queda en ese atasco, no llega a casita y aquí lo que prima es la prisa. Prisa por llegar al trono, bajarse los pantalones y aliviarse, no prisa por nada extraño o egoísta: prisa de la buena. Nuestro amigo piensa "bueno, en vez de por esta salida, salgo por la siguiente y, total, es solo un rodeo de cinco minutos". Sí, eso hasta que, cuando se va colocando en el carril derecho para tomar la siguiente salida (que da al Puente de Santiago y luego a la Plaza del Pilar), hete aquí que se encuentra un atasco aún peor, porque las obras de la Expo se han reproducido como champiñones y no solamente afectan al recinto donde se dará el evento, sino también a una rotonda que llevaba tres décadas inútil, criando mala hierba, pero que ahora es imprescindible, oh, sí, arreglar cuanto antes. Esas prisas que tienen los políticos por hacer las cosas cuando les viene bien a ellos, no cuando les viene bien al ciudadano que paga las obras.

Así que nuestro amiguete cagón, aferrándose la tripa con una mano y cambiando de marcha con la otra, acelera, pasa al carril central y se dirige a la siguiente salida: la de la A-23, dirección Huesca. Conocida por todos los maños como la salida de "Parque Goya", aunque perfectamente se le podría llamar "la salida de la tocada de cojones monumental", porque tú vas a dar a la A-23 y de ahí a una rotonda estupenda que algún besugo con título de universidad privada diseñó usando el culo como tiralíneas. Al margen de lo que supone poner una rotonda con cinco entradas (y salidas, claro) justo al finalizar/comenzar una autovía, resulta que ahora no se puede circunvalar, por un extraño motivo, tan ignoto que nadie lo entiende. De hecho, resulta que para poder dar la vuelta hay que ir hasta la Academia General Militar, dar la vuelta allí y regresar. Ignoro cuántos kilómetros, pero créanme cuando les digo que, como mínimo doce hay que recorrer. Como consecuencia de ello, el atasco vuelve a ser antológico, y no hay quien salga tampoco por ahí.

Nuestro escatológico amigo ya no lo soporta. Pensando en soluciones rápidas, con el cerebro gastando todas sus energías en evitar el desalojo imperioso de su colon, llega a la conclusión de que la salida siguiente, Mercazaragoza, estará libre. Oh, sí, gran idea. La salida de Mercazaragoza da directamente a la Z-30, que como todos sabemos es una cagada impresionante que tiene ya solera. Una carretera de tres carriles para cada sentido, que rodea toda la ciudad, pero donde la velocidad máxima sigue siendo de 50 km/h y donde te han colado unos semáforos puestos muy a mala leche. Para colmo, el final de semejante carretera es un polígono industrial, donde se acumulan los camiones cargados que deben subir una rampa en espiral que te giñas por la pata abajo solo de verla, ya que a otro de esos lumbreras con título de ingeniero conseguido a base de practicar sexo bucogenital debajo de escritorios de madera, se le ocurrió hacer una salida de autopista que en escasos veinte metros te obliga a subir unos ocho metros de altura girando 180º. Si resulta difícil hacerlo en bicicleta, imagínense el cuadro cuando llevas un camión con una cuba con sopotocientos mil litros de líquido dentro. El camión que no sube, el turismo de detrás que se caga porque se ve aplastado, el de detrás de éste que frena, así hasta que se forma una nueva reata de conductores furibundos. Conclusión: más atasco, más follón. Cuarta, si no me equivoco, salida de autovía impracticable.

Y nuestro colega, notando ya cierto caldillo escurrir fuera, consigue fruncir su esfínter (gracias, Mamá Ladilla por esta última oración que os he plagiado vilmente) y contenerse hasta pensar: "La siguiente, la siguiente salida estará libre, sí, en la siguiente no puede haber problemas". La siguiente, pobre desgraciado, es la peor de todas: Santa Isabel a la derecha. Para los de fuera, que sepan que nuestro amigo ya se está saliendo de la ciudad, está a más de un cuarto de hora en coche de su casa saltándose algún semáforo y, muy probablemente, coja otro atasco antes de llegar (eso sí, esta vez en el interior de la ciudad, que calma un poco los nervios). Resumiendo, la ha cagado pero bien. Decía que Santa Isabel a la derecha y Montañana a la izquierda, y una rotonda convertida en gigantesca trinchera, con grúa monumental en el centro y docenas de vehículos pasando a cada momento por un lugar en obras donde a otro ingeniero digno de ahorcamiento con sirga se le ha ocurrido que la mejor idea es hacer que los dos sentidos de la circulación vayan por el mismo lado, diferentes carriles, pero rodeando la rotonda los dos por el mismo sitio, así que unos van por la derecha, otros por la izquierda, se cruzan al final con los que salen de la autovía y con los que quieren entrar. A escasos metros de esa rotonda hay una fábrica enorme de Balay, con sus correspondientes camiones entrando y saliendo, sus horas punta cuando todos los trabajadores quieren irse a sus casitas y descubren que el autobús se queda cruzado en la carretera tapando los dos sentidos a la vez. Eso por no nombrar los dos supermercados gigantes, con su propia escudería de más camiones taponando una mierda de calle de dos carriles por sentido que, de nuevo, se ven reducidos a uno por más obras que ni el dios de los cristianos sabe para qué cojones sirven. Por no hablar de la papelera la Montañanesa, con enormes trailers cargados de troncos de árbol. El atasco aquí es ya demencial, como pueden imaginarse. Y la probabilidad de que un anormal te convierta el coche en un acordeón, se arrima a la seguridad absoluta.

Y nuestro amigo, adivinando que la siguiente salida está en el pueblecito de Malpica, a más de quince kilómetros de su casa, sabiendo que el destino y el ayuntamiento de Zaragoza, así como la puñetera Expo y la madre que parió a los ingenieros, arquitectos y demás desgraciados que han diseñado el proyecto, le van a negar su derecho inalienable a cagar civilizadamente en un váter, echa el freno, se baja del vehículo y, tomando un panfleto de propaganda en el que sale el horrible mostrenco de Fluvi, se alivia en el arcén de la autovía. Pero claro, a este probo ciudadano, cuando piensa que tendrá que pagar 100 euros por barba para poder ir con la parienta, los niños y un primo de Calatayud a ver ese mismo evento (la Expo) que ahora le está jodiendo la vida, lo que se le ocurre es que pagaría bien a gusto ese mismo dinero por que alguien le diera una paliza al Belloch, el cual ha demostrado ser el mejor en dos cosas: Encarcelar insumisos (sí, alcalde, algunos todavía nos acordamos) y convertir Zaragoza en un auténtico caos como jamás se había conocido.

Y cuando vean un anuncio de esos de la Expo, que sepan que a los ciudadanos, especialmente los que vivimos en la Margen Izquierda del Ebro, nos está costando una afección hepática a base de mala leche.
El Amo del Calabozo

2008-01-30 00:23 | Categoría: | 5 Comentarios | Enlace

Los Viejos Oficios

(NOTA: Este es uno de los artículos más largos que he escrito nunca. Avisados quedáis...)

Por convicción, todos los oficios y profesiones honradas (y algunas no tan consensuadamente honradas) me merecen un profundo respeto. Incluso aquellas profesiones que representan o mantienen actividades que no me gustan, como los soldados o los banqueros, me merecen cierta consideración, habida cuenta de que yo no sería capaz de manejarme en tales lides. Al fin y al cabo, para pasar la noche al raso montando guardia en un poblado kosovar rodeado de francotiradores de fácil gatillo hacen falta unos redaños de los que no dispongo, así que tengo que respetar a quienes me ganan en esa capacidad.

Pero de todas las profesiones inventadas por el hombre, hay dos grandes grupos que considero los más respetables y admirables de todos: los que investigan y los que enseñan. Si algo caracteriza al ser humano es su capacidad para descubrir lo que le rodea y emplear ese conocimiento para mejorar su calidad de vida y escapar de las inclementes fuerzas de la naturaleza. Y tan importante es descubrir esos secretos y aprender a manejarlos, como transportarlos a las generaciones venideras y a los contemporáneos que los desconocen todavía. Si no fuera así, cada generación debería redescubrir lo mismo que la anterior, y entonces, seguramente ahora seguiríamos viviendo en cavernas, si no es que nos hemos extinguido. Descubrimiento, transmisión, intercambio. Son las tres palabras que definen y provocan el progreso. La cuarta, sería la Crítica, palabra que tanto los investigadores como los educadores deberían tener presente en cada paso que dan.

Y hete aquí que en los tiempos que me ha tocado vivir, ambas profesiones están siendo desvirtuadas y despreciadas por la misma sociedad que se beneficia de ellas. Desde mi punto de vista, estos tiempos actuales son los más estúpidos y pueriles que podemos encontrar en los libros de historia, habida cuenta de que, poseyendo el conocimiento que conocemos, nos estamos condenando a un regreso a la prehistoria, retornando a viejas cantinelas mitológicas y legendarias para aplicarlas del modo más imbécil concebible a nuestra sociedad. Me refiero a las memeces de la Nueva Era, por supuesto. El retorno a la ignorancia otorgándole a ésta la insostenible calidad de "sabiduría arcana". Como si algo, por viejo, fuese mejor. Como si viajar en carromato fuese más inteligente, moderno y progresista que usar un avión.

Porque ahora, cualquier cantamañanas que sostiene un péndulo encima de un mapa es considerado un criminólogo que investiga nuevas técnicas para encontrar secuestrados. Porque cualquier anormal de medio pelo que echa fotos a una nube lenticular confundiéndola con una nave de Melmac es tomado por "experto en fenómenos astronómicos extraños". Si tú dices que estás haciendo un doctorado en neurología, no ganas más admiración que si dices que estás investigando la influencia de la libido transferencial en la consecución psíquica del placer objetal para la castración de prepúberes con Edipo tardío. De hecho, casi impresiona más lo segundo. A pesar de que sea una frase sin sentido. De hecho, precisamente porque es una frase sin sentido, y en este Laberinto Postmoderno, el sentido es una nadería, algo prescindible. Lo realmente importante es que suene grandilocuente, trascendente, profundo. O, más exactamente, lo importante es que suene lo suficientemente profundo como para merecer salir en los medios. Por eso Iker Jiménez es considerado un investigador, amén de comunicador, a pesar de que no investiga nada de nada y que lo que comunica son todo mentiras, exageraciones y tergiversaciones perfectamente planificadas y preparadas.

En la educación, tres cuartos de lo mismo: itinerarios curriculares que un macaco subnormal hubiese podido diseñar mejor que los expertos del ministerio, horas lectivas transformadas en pérdidas de tiempo imperdonables, libros de texto donde prima el colorido por encima del contenido y Asociaciones de Padres o Sindicatos de Estudiantes cuyo objetivo es plantar su bandera sobre la institución y reconvertirla en un proyecto que ninguno de los dos grupos sabe definir con claridad. A cualquier tonta del higo con una licenciatura se le considera apta para dar clase a niños de 13 años en la ESO y a cualquier cosa se le llama currículo. Agréguese a eso que, actualmente, los cursillos de feng-shui para parejas de jóvenes que viven en 30 metros cuadrados, jornadas de formación sobre energías telúricas y charlas sobre la conciencia kármica de los antiguos egipcios se meten con calzador en cualquier parte. Me refiero no solo a actos de entidades privadas, como Nueva Acrópolis o la Iglesia de la Cienciología, sino también, en determinados casos, en universidades públicas, a veces directamente y otras indirectamente, mediante la concesión de créditos de libre elección por asistir a un curso sobre el poder sanador de joyas y gemas.

La Educación encuentra un poderoso enemigo en los medios de comunicación. Inventos que se adivinaban hace menos de cien años como algo que traería el conocimiento a todo el mundo, directamente dentro de sus casas, resulta que ahora se llenan de bazofias pseudointelectuales, con expertos en nada hablando sobre todas las cosas y con una prole periodística que está más preocupada por encontrar la foto del momento que por cubrir las noticias con cierta precisión. Como hay que sacar la edición a las cuatro de la mañana, echa dos fotos y entrevista a dos que pasen por ahí. Con eso bastará. Si ése es el ejemplo de Investigación y de Comunicación, ¿cómo demonios vamos a conseguir que la Escuela y la Universidad sean tenidas en consideración? ¿Por qué hay Asociaciones de Padres en cada instituto y no hay Asociaciones de Pacientes en cada Centro de Salud? Porque los médicos han sabido adaptarse a los tiempos mejor que los maestros. A pesar de que la Sanidad es otra casa de Tócame Roque de aquí te espero, está a años-luz de el cajón de sastre infumable que es la Escuela. Quizá sea porque en medicina, las cosas se rigen por otros motivos aparte de los ideológicos -que también tienen su peso-. En Educación, sin embargo, desde la década de los setenta a esta parte, no ha habido manera de levantar la cabeza con cierta dignidad. Y los mayores perjudicados, desde luego, los alumnos, que ahora viven en un entorno escolar que no es que sea hostil, es que es un campo de batalla que perciben desde la primera semana de clase, con docentes desmoralizados y desmotivados, currículos que dan risa, padres y madres que casi parecen a punto de dar un golpe de estado y autoerigirse directores y jefes de estudios.

Cualquier estudiante de primero de magisterio sabe que el fracaso escolar es inherente al sistema educativo, incluso que es necesario, si queremos mantener cierto statu quo. No podemos ser todos licenciados, del mismo modo que no podemos ser todos analfabetos. Pero nos han convencido de que el único camino es aprobar las asignaturas, llegar a la universidad, hacerte tres o cuatro másters y luego trabajar en una fábrica de 7 a 3. A todo padre le gustaría que su hijo fuese abogado, médico o ingeniero, a pesar de que un fontanero cobra bastante más que ellos y que un funcionario de bajo nivel, un bedel o conserje, acaba teniendo mejores condiciones laborales, aun sin estudios. Y en estas circunstancias, la Educación es, como he dicho, el campo de batalla de todo el meollo: padres que quieren aprobados generales y ampliación de jornada lectiva. Sindicatos de Estudiantes que piden la abolición de los exámenes, pedagogos que siguen pensando que con leer muchos libros y saber escribir "aquiescencia", ya son investigadores. Y, mientras tanto, los alumnos se dedican a acosarse mutuamente en el recreo y los maestros a ir al psiquiatra a por antidepresivos.

Desvirtuada la Educación, desfigurada la Investigación, lo que nos queda es cubrirnos la cabeza con las manos y decir "Jesusito de mi vida, que me quede como estoy". Y ya es una pena.
El Amo del Calabozo

2008-01-18 23:15 | Categoría: | 10 Comentarios | Enlace

Remedio Homeopático

Por fin el otro día encontré una persona que usaba correctamente la homeopatía. Veréis, se trata de una compañera de trabajo, la cual me vino y me dijo: "Oye, ¿tú sabes si pasa algo porque me tome un ibuprofeno? Es que estoy tomando esto y no sé si va a ser compatible". Me mostró un pequeño frasquito conteniendo no sé qué remedio homeopático.

Con este humor que me caracteriza, le devolví el frasquito y le dije: "Oh, no te preocupes, tómatelo, al fin y al cabo, esto es agua...". Ella -pues era mujer- me miró con cara extrañada y, cuando yo creía que iba a soltarme la perorata consabida de que a ella le iba bien y que a un primo suyo se le habían ido los granos de la cara y no sé cuántas cosas más, la tía me suelta: "¡Eh, no me digas nada! ¡No quiero saber nada!". Y me dejó allí, largándose a otra parte.

Un rato más tarde volví a encontrármela y me dio su explicación: "Mira, yo no sé si esto hace algo o no, ¿vale? Pero seguro que si nadie me explica lo inútil que es, es más fácil que funcione, así que no me expliques nada, no quiero saberlo. Quiero que funcione".

No haré más comentarios. Por fin alguien que emplea la homeopatía como lo que es: un placebo. Caro, eso sí, pero placebo.
El Amo del Calabozo

2008-01-14 22:05 | Categoría: | 4 Comentarios | Enlace

Nochegüena y todo eso

Hoy tengo el espíritu navideño muy minimalista... les dejo con esta noticia que se comenta por sí sola.

Pues eso, que Feliz Navidad y porrompompero año nuevo. Y aunque tengan un cuñado, primo, sobrino, tío o personaje inidentificable al que no soportan (que casi seguro que sí), y al repartir los asientos le toque a su lado (que seguro que también), háganse un favor: eviten la trifulca, que luego salimos en las estadísticas.
El Amo del Calabozo

2007-12-25 23:10 | Categoría: | 4 Comentarios | Enlace

Sucio Árabe

Toma, geroma, pastillas de goma. Llega un marroquí afincado en Francia y se da de alta en un servicio de ADSL de Orange. Y cuando le mandan la clave de acceso a su cuenta, ésta resulta ser "Salearabe", así, como suena, en francés "Sale arabe" significa "Sucio árabe", de modo que a nuestro magrebí particular se le erizan los pelos del cogote y no veas el careto que se le quedó. La noticia completa en esta página.

Ignoro si Orange fue víctima de un empleado xenófobo, de un empleado bromista o de un error fruto del azar, pero lo cierto es que, echando mano de las estadísticas, alguna vez le tendría que pasar.

La clave proporcionada posee 9 caracteres. Desde la A hasta la Z, descontando la Ñ que no emplean en Francia, hay 26 letras. Añadamos 10 posibles caracteres numéricos y nos sale que la probabilidad de que aparezca "Salearabe" es de una entre 36^9, o lo que es lo mismo, una entre 101.559.956.668.416. (ciento un billones, quinientos cincuenta y nueve mil novecientos cincuenta y seis millones, seiscientos sesenta y ocho mil cuatrocientos dieciséis, menudo numerito...). Mucha casualidad es esa, pero vamos, que no es imposible.

Casi más imposible me parece que José Luis Moreno, el eficacísimo empresario del entretenimiento anacrónico pero muy lucrativo y otrora estupendo humorista ventrílocuo, haya estado a punto de morir de un hachazo en la cabeza en pleno siglo XXI. Es que hay cosas que nunca cambian, incluso en el mundo de Interné y las grandes telecomunicaciones.
El Amo del Calabozo

2007-12-23 15:05 | Categoría: | 6 Comentarios | Enlace

Con ánimo de Estupro

La SGAE vuelve a intentarlo. El Canon. Es una entidad sin ánimo de lucro, pero con ánimo de estupro. Sí, porque su pretensión de que todo el mundo pase a comulgar por sus dependencias, tiene un tufillo a derecho de pernada que tira para atrás. Echen cuentas:

Uno se levanta a las seis y media de la mañana para ir a trabajar y la radio despertador tiene la desfachatez de hacer bien su trabajo y emitir "With or without you" de U2, una canción muy apropiada para despertarse suavemente. La Cadena de Radio pagó su canon y la tía Josefa, que compró el radiodespertador como regalo de cumpleaños, pagó el suyo. Me pregunto si se pagó un canon por el papel de envolver donde estaba impresa la cara del Pato Dónald. Quizá no, porque Dónald es yanqui, pero, ¿y si llega a estar impreso el careto de Lucho el de los Lunnis? ¿Que por qué se ha de pagar? Coño, alguien será Autor de los Lunnis, ¿no? Y seguro que es uno de esos que dice Ramoncín que no llegan a final de mes y que si no llega a ser por la SGAE los tendríamos en la puerta de la Iglesia pidiendo para comer.

Pero sigamos, porque nuestro amiguito madrugador desayuna y se ducha, escuchando la radio, como hacemos muchos y, entre noticia y noticia, una pequeña sintonía compuesta por alguien -dios sabe quién- nos sirve como cortinilla para separar lo Local de lo Nacional, el Deporte de la Economía. Otro canon. La radio paga, porque hay que darle su parte del pastel al desgraciado que compuso la cortinilla, aunque tal fuese un sobrino menor de edad del director del programa, que le hace el favor de ponerle la pieza porque le hacía ilusión al niño. El caso es que se pague.

Y cuando baja al coche, ¡ah, pecador! Hay que gravar el precio de los coches, porque este cabronazo es capaz de irse a Portugal a comprar Deuvedés sin canon, así que le meteremos el canon en el coche por si acaso se le ocurre ir de estraperlista a estas alturas. Y, por cierto, cuando vamos a comprar deuvedés para piratear, o un mp3 para hincharnos de escuchar música del Soulseek, ¿cómo vamos? Bueno, por si acaso vamos en moto o coche, gravemos también las gasolinas, que seguro que el agricultor maneja su tractor escuchando música bajada de los programas P2P.

Al llegar al trabajo, el hilo musical deja escuchar una bazofia infumable de Bisbal, ¡Eh, cuidadito con ése! ¡Cuidadito porque ése no es como el Bono de U2, que a saber cómo le mandamos sus derechos de autor! A ése lo tenemos bien localizado y por escucharlo, quieras o no quieras, has de pagar. Canon para quien contrata el hilo musical, para quien lo instala, y, de paso, instalemos una hucha en la puerta y que todo el que entre eche un euro de los de Solbes, de propina. ¿Cómo? ¿Que es usted sordo y que se la pela Bisbal? Da lo mismo. A saber si en el audífono lleva instalado un puerto USB 2.0 y nos la está pegando...

Y nuestro amigo se enchufa a su prensa hidráulica dispuesto a realizar las 254 piezas que el cronometrador supuso que se podían realizar en las 7 horas y cuarenta minutos de que consta su jornada laboral. Por cierto, ¿y si se le ocurre silbar, tararear o, no me atrevo a decirlo, cantar alguna canción? Diosanto, ¿cómo puede realizar semejante acto propio de bucaneros, robando la propiedad intelectual de nuestros artistas y creadores? Canon, canon al canto. Sean mudos o tartamudos, tengan buena voz o sean un desastre cantando, estos bastardos chorizos tienen que pagar, pagar, pagar, a la sociedad sin ánimo de lucro.

¡¡¡Eh, eh!!! No se vayan a creer que esto termina aquí, porque cuando nuestro amigo va a la máquina de café a tomarse un capuccino con dos de azúcar de media mañana... ¿qué va a hacer? ¿Tomárselo así, sin hacer nada? Lo dudo, lo dudo mucho. Seguramente estará hablando con alguien, ¿no? ¿Y si se les ocurre hablar de música, de cine, de literatura? ¡Canon, canon! Paguemos por emplear el nombre de Cervantes, de Quevedo y de Espronceda, paguemos a la Sociedad General de Autores por decir que el último libro de Faulkner (que ni siquiera sabe quién cojones es esa Rosa León) o de Wittgenstein te parecieron sublimes o soporíferos. ¿Que opinas que cierta película es un bodrio, ¿cómo se te ocurre? ¡¡Eres capaz de contar el final! ¡Paga por si acaso, para acallar tu conciencia! ¡Pagad, pagad malditos!

Cuando te compres un coche, te harán pagar una parte de las multas que te pondrán en el futuro, porque se supone que las vas a cometer. Cuando vayas a comprar una casa, te harán pagar una parte de las reparaciones que harás en el futuro, porque se supone que querrás cambiar el alicatado del cuarto de baño algún día. Cuando vayas a comprar un par de kilos de buena carne, te harán tomarte antes de la comida un poquito de bicarbonato, porque del dolor de estómago no te libra ni dios.

Parece mentira que estas cosas tengan que ridiculizarse como yo he hecho. Entidad con ánimo de estupro. Porque lo que pretenden es metérnosla hasta el fondo, queramos o no.
El Amo del Calabozo

2007-12-19 10:27 | Categoría: | 10 Comentarios | Enlace
		

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