Laberinto Postmoderno

Asín es. De toda vida, además, desde que al fulano judío aquél le dieron matarile en la cruz hasta la actualidad, los cristianos han estado metiendo la mano donde han tenido a bien querer meterla. Y les ha dado igual Imperio, que Monarquía medieval, que República, que Despotismo Ilustrado, que Monarquía parlamentaria. Da lo mismo, porque la Teocracia, si algo tiene, es que se adapta a cualquier situación y contexto.

Porque claro, entiendo yo que tener el monopolio de la Verdad, de la Moral y de la Ley es una bicoca que jode perder. Eso es comprensible incluso para un absoluto ateo anticlerical capacuras como yo. Cuando lo has tenido todo y, poquito a poquito, te vas quedando atrás, tiene que escocer de lo lindo.

En España, los diferentes gobiernos vaticanos, las diferentes Conferencias Episcopales y los diferentes cardenalatos, obispados, arzobispados y demás cargos eclesiásticos, nos la han estado metiendo doblada siempre que han querido. A veces de palabra, como cuando se subían al púlpito a decirnos que el divorcio era pecado y que si tu marido te pega te jodes y te aguantas, que un Sacramento no se rompe por un quítame allá esas pajas. En ocasiones de obra, como cuando los obispos se iban a bendecir a las tropas franquistas o cuando el cura del pueblo se chivaba y acababan fusilando a dos o tres inocentes labradores. En otras ocasiones era de pensamiento, ya que esas mentes privilegiadas no pueden estarse quietas y de alguna parte habrá salido tanta mala baba, tanto rencor, tanta desvergüenza y tanta cara dura. Y, casi siempre, de omisión: miraban para otro lado mientras los grises se liaban a gomazos con todo cristo, miraron para otro lado mientras se fusilaba a los del Proceso de Burgos, miraron para otro lado cuando lo del golpe de estado del coronel Tejero y mirarían para otro lado si surgiera ahora un Pinochet español dispuesto a pasar por la quilla a todo el que no levantase el brazo derecho cual romano y el izquierdo sosteniendo un rosario. Esto solo lo postulo, así a lo bestia, no se crean que tengo una bola de cristal para verlo. Simplemente, la iglesia lleva dos mil años haciendo todo eso y no creo que haya cambiado en apenas treinta años de democracia.

Así que, como digo, tiene que escocer lo suyo perder todos esos privilegios y tener que ir mendigando en las Declaraciones de la Renta, manifestándose como una cuadrilla de rojos peligrosos por una horita de Religión a la semana y todas esas cosas. Por eso ahora vienen subiditos a reunirse con el gobierno éste que tenemos, el mismo que en un artículo anterior yo tildaba de querer contentar a todo el cristo. Pues bien, volvemos a las andadas.

Lo que la Teresa Fernández de la Vega ésta tenía que haber hecho en el Vaticano, con el debido respeto, era pedirle a la Iglesia que se metiera sus opiniones en el Inmaculado Ojete. Mira, eso sí habría sido un verdadero acto de laicismo y no la miradita al suelo avergonzados y la voz susurrante diciendo: "Perdone usted, señor nuncio, pero es que nosotros creemos en una España laica y por alguna parte habrá que empezar". Sentimos vergüenza de reivindicar lo que hace treinta años que tendríamos que haber ganado. Los gobiernos, igual me da gobiernos socialistas, que peperos que el propio Carod Rovira (a este paso será nombrado Presidente en Funciones en alguna ocasión), se dejan sodomizar por los enormes cirios vaticanos siempre que hay oportunidad para ello. Aquí todos los políticos se bajan los pantalones ante los faldones papales y nos insertan a todos el catecismo por donde más duele: por la mismísima educación pública.

Si la etapa de los 6 a los 16 años es obligatoria, es de cajón que los conocimientos impartidos deben ser consensuados por todos. Y cuando digo todos, hemos de ser todos, no solamente los de siempre. En este país, amén de católicos, hay musulmanes, protestantes y testigos de jehová para parar un carro. Por no hablar del ocasional practicante de cualquier otra religión y, por supuesto, de ateos, agnósticos y otras gentes de mal vivir. Si queremos ser equitativos y dar respuestas a todos esos grupos sociales a la vez, lo que hay que hacer es suprimir la religión en las escuelas y, en todo caso, dar conceptos religiosos como parte de la historia, nunca como asignatura independiente. De hecho, ¿por qué demonios la "alternativa a la Religión" (manda webs) suele ser una "maría" donde los maestros se dedican a leer el periódico mientras los chicos pintan en un folio? (Lo tengo visto como experiencia propia, así que no me venga nadie con que si verdes las han segado). Y todo esto repercute, como siempre, en los chavales, a los que hay que darles a elegir entre aguantar que alguien los convenza de lo malísimos que son y lo mucho que necesitan confesarse o bien pasar una hora aburridos sin saber qué hacer en una clase que ni dios sabe a qué debe dedicarse.

Pero claro, eso no puede ser. Porque aparece un señor vestido como un mamarracho, con faldas y con gorro ridículo, lleno de símbolos esotéricos por todas partes y haciendo ostentación de un poder medieval que tira para atrás y aquí todos los políticos empiezan a descontrolar esfínteres y a preparar la vaselina para el acto. Y este Amo del Calabozo, que lleva una quemada encima de agárrate y no te menees con este temita de los curas metomentodos, sigue preguntándose hasta cuándo habrá que esperar para que alguien tome su brazo derecho y, colocándolo en ángulo recto con el dedo corazón levantado y el resto plegados sobre la mano, le lance un corte de mangas apabullante a los mercachifles vaticanos.

No lo verán mis pobres ojos...
El Amo del Calabozo

Mayo 2025

Yo rezo, tú rezas, él reza, nosotros pasamos...

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