Laberinto Postmoderno |
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IDiotas e IntelectualesLo mejor que le puede pasar a una pseudociencia es que un grupúsculo marginal de tarados, o dicho de otro modo, unos intelectuales con pretensiones mesiánicas, la descubran y apoyen.
Así, cuando las peregrinas ideas de Freud, por poner un ejemplo, y no digamos ya las de Jung, casi parecía que iban a caer en el abismo del ostracismo por acientíficas, por fantasiosas y por memas, ¡zas! las elites intelectuales empiezan a ver muy atractivo todo eso de la Interpretación de los Sueños, los Actos Fallidos, las Ensoñaciones Diurnas y demás idas de olla de Sigmundo y mira tú por dónde, ciento y pico años después, seguimos teniendo psicoanálisis hasta en la sopa. Y no solo en las pelis de Woody Allen o en vocablos traspasados al lenguaje popular, como "inconsciente", "libido", "pulsión" o "trauma infantil", sino también en universidades (donde se camuflan teorías psicoanalíticas dentro de temarios aparentemente científicos) y en el mundo de lo clínico, lo educativo y lo social (donde fundaciones con metodología psicoanalítica están llevándose el gato al agua). Es muy probable que este mismo devenir le suceda al Diseño Inteligente. La teoría (antiteoría, debería decir) del Diseño Inteligente tiene todos los puntos para que alguien, mínimamente bien posicionado, con fama de intelectual y con amiguitos que le lamen el culo dios sabe por qué, un día se interese por ella, empiece a promocionarla y, ciento y pico años más tarde, continúe pululando por ahí, riéndose del progreso científico, negando la validez de la ciencia, soltando mamarrachadas en medios de comunicación y perjudicando la educación de las personas, sobre la base de entrometerse en libros de texto, documentos académicos y filosofías subyacentes a la práctica docente. Igual que el psicoanálisis. Para muestra, un botón: les voy a presentar a unos pseudoprogresistas más de derechas que el Caudillo (vean ustedes el formato de la página web, que casi parece hecha por algún grupo de anarcosindicalistas), que tienen un periodicucho donde no veas las sandeces que se escriben, eso sí, con una estética intelectual que tira para atrás y que, estoy convencido, sirve para atrapar a más de un imbécil que, como Don Quijote, "de tanto leer y poco dormir, se vino a perder el juicio". En este caso debería ser "de tanto leer y poco pensar", pero dejémoslo. La Fundación en cuestión es esta y los artículos sobre Diseño Inteligente están aquí. Hay más artículos sobre ID. Este es el segundo de la serie, pero me ha parecido el más malintencionado y el más vomitivo de todos. Recomiendo, para estómagos resistentes, la lectura de esta entrevista, que no tiene pérdida. La cuestión es que esta gente no es cualquier papanatas que escribe en Internet. Aquí, si vas hojeando las páginas y páginas llenas de memeces por el estilo, vas viendo colaboraciones y referencias a gente como Sánchez Dragó, Jodorowsky y, buscando más, Javier Nart, Albert Boadella y, al final, rebuscando, surge, cómo no, la FAES. Cuidadín, que no son cualquier papanatas, repito. No quiero decir con esto que toda la FAES, o que el señor Nart sea partidario del Diseño Inteligente. Lo que quiero decir es que hay gente que, mal que me pese, tienen su fuerza en los medios y en esas autoproclamadas elites intelectuales, hay gente que puede hacer daño, mucho daño, si empieza a exhibir las ideas del Diseño Inteligente por ahí, tildándolas falsamente de científicas, de alternativas, o de lo que les salga de la entrepierna. El ID tiene todos los puntos para ser una de esas pseudociencias que gusten a las elites intelectuales más mentalmente apolilladas: 1) Para empezar, trata de lo divino y lo mezcla con lo humano; lo tangible y lo intangible; física y metafísica unidas de nuevo, después del vano intento de hacer lo mismo con la Teoría Cuántica. Esto permite la hermenéutica más insulsa y estéril, permite escribir miles de páginas sin decir nada concreto, hablando del sexo de los ángeles y sin preocuparnos por tener que demostrar ninguna afirmación: al fin y al cabo, ése es el verdadero misterio, ¿no? 2) Las limitaciones propias de la humanidad, son salvadas con un toque de espiritualidad. Perfecto. Nuestra necesidad de trascendencia, está de nuevo garantizada: no podemos ser únicamente moléculas orgánicas y cuatro cositas más. Tiene que haber detrás algo diferente, algo espiritual, algo místico, un algo que permanezca en nosotros, que nos una a todos y que no pueda ser explicado por esas aburridas sesiones teóricas de los biólogos o esos mareantes modelos matemáticos. No. ¿Cómo vamos a ser nosotros, seres supremos de la Creación, reducibles a números y encasillados? Cordados, tetrápodos, mamíferos, placentarios, Glires, primates, homo, Homo sapiens. Demasiada casilla. Es mejor decir: "Somos especiales". Y mola más, además. 3) Es un claro caso de encadenar falacias una detrás de otra, hasta que todo el texto parece coherente. No voy a resumir la cantidad de falacias que se pueden encontrar en las acusaciones de los Creatas a la teoría de la Evolución, porque sería un coñazo y sería darles más publicidad aún de la que tienen (y tendrán). Además, ya nos sabemos la cantinela pueril que suelen tener. El hecho de que las falacias se encadenen de un modo tan intrincado, hace que sea muy fácil ir soltándolas, sin orden ni concierto, una tras otra, emborronando la discusión, convirtiendo el debate en un diálogo para besugos. Únase esto a lo dicho en el apartado 1 sobre la posibilidad de escribir casi cualquier sandez espiritualista y nos daremos cuenta un poco de qué van los libros sobre el Diseño Inteligente. y 4) Ya se encargan en algún momento de separarse del Creacionismo. De hecho, lo hacen tan vehementemente como lo haría un Lacaniano a la hora de separarse de Freud o Jung, es decir, con la boquita pequeña. Omiten referencias bíblicas o llamamientos a la fe cristiana, pero dejan clarísimo que el autor de tal o cual libro es el Reverendo tal o que es Doctor en Teología, o que da clases en esta universidad religiosa. Una de cal, una de arena. Con la cal, nos las damos de cientifistas laicos y con la de arena, nos aseguramos el apoyo de instituciones religiosas. Eso les encanta a los intelectuales de la postmodernidad: estar a bien con dios y con el diablo, a ser posible, sacando beneficio de ambos. Lo del Diseño Inteligente va a durar. Esto no es una idea estrambótica, ni una paja mental de cuatro gatos. Esto es una corriente filosófica que busca que el mundo se adapte a las pretensiones de trascendencia del ser humano. Y, desgraciadamente, ese tipo de corrientes siempre han tenido éxito entre esos que son demasiado listos, demasiado sabios, demasiado cultos, demasiado elitistas y demasiado soberbios como para conformarse con una explicación materialista de su propia existencia. Lo tenemos crudo, me temo. El Amo del Calabozo 2007-08-01 13:45 | Categoría: | 6 Comentarios | Enlace Referencias (TrackBacks)URL de trackback de esta historia http://laberintoposmo.blogalia.com//trackbacks/51253
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